Como parte del informe, un análisis de la EPA muestra que los niveles de contaminación por hollín y partículas gruesas son elevados en la comunidad que rodea una operación de chatarra propuesta.
Esta historia fue publicada originalmente por el Chicago Sun-Times.
Más de cinco meses después de dejar en suspenso la revisión del permiso de una controvertida operación de chatarra, la ciudad se prepara para revelar su análisis de las posibles amenazas medioambientales y médicas para los residentes cercanos.
El 4 de noviembre, la ciudad celebrará una reunión pública para dar a conocer parte de su "evaluación del impacto en la salud" y recabar las opiniones de la comunidad en relación con la propuesta de apertura de la operación de trituración de coches de General Iron, reubicada y rebautizada, en la calle 116 Este, junto al río Calumet.
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En un correo electrónico enviado a los defensores de la comunidad el 21 de octubre, los funcionarios de salud de la ciudad dijeron que han estado trabajando para "analizar las posibles consideraciones ambientales, de salud y de calidad de vida" relacionadas con la apertura de otra operación industrial en una parte de la ciudad que ya alberga cientos de empresas que contribuyen a la contaminación del aire.
Como parte de ese análisis, la Agencia de Protección Medioambiental de los Estados Unidos publicó una revisión de la presencia de plomo y otros metales liberados en el aire, así como de la contaminación por hollín y partículas gruesas.
Mientras que los niveles de metales en el aire se han mantenido constantes o han disminuido ligeramente en la última década, las mediciones de hollín y otros contaminantes conocidos como partículas siguen siendo elevadas, según el informe de la EPA.
El informe se tendrá en cuenta en un análisis más amplio que la administración de la alcaldesa Lori Lightfoot está llevando a cabo para decidir si se concede el permiso de explotación a la empresa conocida ahora como Southside Recycling. El propietario del negocio, Reserve Management Group, ha demandado a la ciudad por la retención de su permiso de funcionamiento.
La EPA elaboró el informe basándose en gran medida en los datos existentes de las lecturas de los monitores de aire de la cercana George Washington High School, que se encuentra a menos de una milla de la recién construida empresa de trituración y reciclaje de metales RMG. También se analizaron muestras de otro monitor de aire situado a mayor distancia de la instalación.
La presencia de partículas finas, a menudo denominadas hollín, preocupa especialmente a los expertos en salud, que afirman que la EPA debe revisar las directrices sobre seguridad del aire. El aire alrededor de la Washington High School midió una tasa anual de 9,6 microgramos por metro cúbico de aire, en comparación con un umbral máximo de seguridad de 12 establecido por la EPA. Los defensores de la salud han dicho que esa cifra guía debe ser mucho más baja.
"No hay un nivel realmente seguro para las partículas finas", dijo Brian Urbaszewski, director de programas de salud ambiental de la Asociación de Salud Respiratoria en Chicago. "No hay un nivel que no cause problemas de salud o la muerte".
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El informe es muy técnico y advierte que el control del aire es sólo una parte de un análisis más amplio necesario para determinar el impacto en la salud de una zona de Chicago que Lightfoot ha identificado como sobrecargada con muchos peligros de contaminación y salud. El Southeast Side, una comunidad de color con bajos ingresos, ha sido designado como zona de justicia medioambiental por las autoridades federales y locales.
"Necesitamos una imagen completa, y esto es sólo una parte de la imagen", dijo Gina Ramírez, una activista comunitaria del Southeast Side que se opone a la operación de chatarra. "Hay contaminación encima de la contaminación en el Southeast Side".
RMG, por su parte, se siente alentada por el análisis de la EPA y dice que apoya el plan de la empresa para abrir su negocio. Un portavoz dijo en un comunicado que "el análisis de la EPA concluye que la calidad del aire del Sureste ha mejorado en su mayor parte o se ha mantenido constante en los últimos 10 años."
Además, la operación, rebautizada como Southside Recycling, contará con controles de contaminación adecuados, según el portavoz.
El informe de la EPA no dice explícitamente que la calidad del aire haya mejorado en el lado sureste.
Lightfoot suspendió la revisión del permiso para la nueva operación de RMG en mayo a petición del administrador de la EPA, Michael Regan. RMG demandó a la ciudad, alegando que había incumplido su parte del acuerdo para obtener el permiso.
Regan dijo a Lightfoot en una carta que permitir que otro negocio contaminante opere en el lado sureste se sumaría a una carga que los residentes ya enfrentan con múltiples peligros ambientales y de salud, incluyendo la mala calidad del aire.
"Este vecindario se encuentra actualmente en los niveles más altos de muchos indicadores de contaminación", escribió entonces Regan.
Regan dijo que era necesario un estudio exhaustivo para evaluar el riesgo para la salud existente por permitir el funcionamiento de otra empresa contaminante.
Casi 250 instalaciones en la zona son monitoreadas por la contaminación y, desde el 2014, más de 75 de esas operaciones han sido investigadas por violar una ley federal de contaminación del aire, dijo.
En un asunto relacionado, el Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbano de los Estados Unidos ha estado investigando a Chicago durante el último año para determinar si el papel de la ciudad en el traslado de General Iron desde Lincoln Park, una zona mayoritariamente blanca y acomodada, a una comunidad de mayoría latina rodeada de vecindario de la comunidad afroamericana en el lado sureste representó un patrón de racismo que violó los derechos civiles de los residentes.
Los reportajes de Brett Chase sobre el medio ambiente y la salud pública son posibles gracias a una subvención de The Chicago Community Trust.
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