Dos años después de la llegada de autobuses cargados de niños inmigrantes a Chicago, muchos han aterrizado en escuelas donde la mayoría no habla español. Los conserjes y los maestros de preescolar están asumiendo el papel de traductores, pero los estudiantes siguen quedándose atrás.
Esta historia fue una colaboración producida por Chalkbeat Chicago, redacción sin fines de lucro que cubre las Escuelas Públicas de Chicago (CPS, por sus siglas en inglés) y Block Club Chicago redacción sin fines de lucro dedicada a cubrir a los vecindarios de Chicago.
Gabriela Aquino Ruiz depende de una aplicación de traducción para aprender, pero su maestro habla tan rápido en inglés que el software no puede seguir el ritmo.
La niña de 12 años, de voz tenue, que sólo habla español, adora leer, pero en su escuela —Isabelle C. O'Keeffe School, ubicada en el sur de Chicago— no hay libros en su idioma natal y tiene dificultades para hacer amigos, dijo.
Gabriela extraña su escuela en Venezuela, de donde ella y su familia emigraron en octubre.
"Quiero aprender", dijo en español a través de un traductor. "Me siento frustrada cuando llego a casa".
Gabriela es una de los casi 9,000 estudiantes inmigrantes inscritos en las Escuelas Públicas de Chicago (CPS, por sus siglas en inglés) hasta abril. Muchos de esos estudiantes están dejando los refugios y encontrando una vivienda que les da la estabilidad que tanto necesitan.
¿Quieres recibir historias como esta cada semana?
Suscríbete a nuestro boletín gratuito.
Su familia se mudó de un refugio en La Villita a un apartamento en South Shore, el vecindario donde más familias se han instalado en Chicago a través de un programa estatal que les ayuda a cubrir el la renta, según datos obtenidos por Chalkbeat y Block Club Chicago a través de una solicitud conforme a la Ley de Libertad de Información (FOIA, por sus siglas en inglés).
Pero la promesa de la vivienda tiene un precio: Las familias se están mudando a barrios más asequibles que también son algunos de los más segregados de la ciudad. Como resultado, los estudiantes están llegando a escuelas con poco o nada de personal bilingüe o de apoyo, según los datos obtenidos a través de solicitudes de registros públicos y más de 50 entrevistas con familias, maestros y expertos.
Esto ha provocado que algunos alumnos se retrasen aún más en sus estudios, que los conserjes asuman roles de traductores y que los líderes escolares se enfrenten a dificultades para cumplir el requisito estatal de impartir educación bilingüe si la inscripción de estudiantes alcanza determinados límites.
El aumento de nuevos estudiantes, muchos de los cuales huyeron de la agitación política y económica en países de Centro y Sudamérica, está exponiendo las grietas en un sistema escolar que durante años ha luchado por cumplir plenamente con las leyes estatales y federales en relación a la educación bilingüe.
Incluso antes de que los autobuses con migrantes comenzaron a llegar en oleadas de Texas en 2022, las escuelas públicas de Chicago no cumplieron plenamente en múltiples auditorías internas y estatales relacionadas con la enseñanza bilingüe, según constata en los documentos.
Las escuelas de CPS que ya tenían programas bilingües no han logrado cumplir una serie de requisitos, como proporcionar enseñanza bilingüe en las materias básicas a todos los estudiantes que la necesitan, tener maestros adecuadamente certificados y enseñar a los estudiantes sobre su país de origen y su cultura. Ahora, un número de escuelas adicionales que han matriculado oleadas de estudiantes migrantes necesitan reforzar su personal.
“Estamos muy preocupados por los desiertos lingüísticos de la ciudad … donde no hay servicios para los estudiantes que aprenden inglés”, dijo Karime Asaf, jefa de la Oficina de Educación Lingüística y Cultural del distrito, que supervisa la instrucción para los estudiantes que aprenden inglés.
Hasta marzo, al menos 72 escuelas de preescolar a 12º grado del distrito tenían vacantes para personal bilingüe o maestros certificados para enseñar inglés como nueva idioma, al menos una cuarta parte de las cuales se encuentran en los 10 vecindarios principales a los que se están mudando las familias solicitantes de asilo.
Los funcionarios del distrito dijeron que la creación de programas bilingües y el cumplimiento de las auditorías requieren encontrar maestros debidamente certificados, lo cual ha sido un reto a nivel nacional. Destacaron esfuerzos más recientes, como el reclutamiento de estudiantes actuales de CPS para convertirse en maestros, pero agregaron que CPS necesita más fondos.
“Siempre hay una necesidad de apoyo adicional y mejoras en el proceso y estamos trabajando para asegurar más fondos de los gobiernos estatales y federales para apoyar a todos nuestros estudiantes”, dijo Sylvia Barragán, portavoz de CPS.
Cuando se le preguntó por qué el distrito y la Ciudad siguen con dificultades para proporcionar apoyo a los estudiantes migrantes, el alcalde Brandon Johnson dijo a Chalkbeat y Block Club que las familias solicitantes de asilo se están asentando en “vecindarios en los cuales históricamente no se ha invertido”, lo que ejerce “presión sobre ese sistema que ya está sobrecargado”, refiriéndose a las escuelas de los vecindarios que, en su opinión, carecen de los recursos adecuados.
Como ex maestro de escuela intermedia y ex organizador del Sindicato de Maestros de Chicago (CTU, por sus siglas en inglés), Johnson ha pedido más dinero en las escuelas de los vecindarios.
Como respuesta a la rápida llegada de estudiantes migrantes en los últimos dos años, CPS abrió un "centro de bienvenida" en la escuela Roberto Clemente y está trabajando con la Ciudad y el personal de los refugio para ayudar a las familias con la inscripción escolar, dijeron los funcionarios. El distrito también está tratando de atraer a más maestros bilingües y está dándole prioridad al apoyo adicional para las escuelas que tradicionalmente no han trabajado con estudiantes que aprenden inglés, dijeron los funcionarios.
Pero los maestros dicen que los esfuerzos del distrito no se han plasmado en más recursos concretos y los niños migrantes se están quedando sin una instrucción fundamental. En la escuela primaria Laura S. Ward, ubicada al oeste, que ha incorporado a docenas de estudiantes que aprenden inglés, una maestra de preescolar y dos conserjes traducen para todo la escuela.
"Los dejaron en nuestra puerta, y se supone que debemos seguir adelante, aceptar a estos niños, educarlos y seguir adelante", dijo Dewanda Watt, maestra de primer grado en Ward, una de las docenas de escuelas que CPS identificó como carentes de personal suficiente para los estudiantes que aprenden inglés.
"Debería haber habido un plan. No había ningún plan de las Escuelas Públicas de Chicago".
Las familias migrantes se instalan en el sur y el oeste de la ciudad
Como muchos migrantes, Gabriela y su familia se marcharon de Venezuela a Chicago en octubre para escapar de la agitación socioeconómica y política del país, dijo la madre de Gabriela, Yennifer Ruiz.
La familia vivió en la Estación de Policía del Distrito de Englewood durante unos meses antes de mudarse a un refugio de La Villita, un barrio históricamente mexicano. Ruiz inscribió a su hijo e hija en escuelas con un personal que habla español: la escuela primaria Eli Whitney y la Academia Richards.
Pero cuando la familia se mudó a unas 13 millas al sureste, a un apartamento en South Shore, Ruiz decidió cambiar a su hija a la escuela O'Keeffe, escuela predominantemente negra y de bajos ingresos que carece de recursos bilingües pero que estaba cerca de su hogar.
Al igual que los Ruiz, una de cada 10 familias solicitantes de asilo ha llegado a South Shore a través de un programa estatal de asentamiento llamado Asylum Seeker Emergency Rental Assistance Program (ASERAP)según datos obtenidos por Block Club y Chalkbeat.
Dirigido por el Illinois Housing Development Authority y el Departamento de Servicios Humanos de Illinois en colaboración con Caridades Católicas, el programa de ayuda para la renta cubre tres meses de renta para las personas que emigran desde la frontera del sur en busca de asilo y que llegaron a los refugios de la ciudad antes del 17 de noviembre de 2023. La estrategia fundamental de la Ciudad es conseguir que las familias consigan una vivienda permanente una vez que han dejado los refugios.
Los datos muestran que casi el 60 por ciento de las aproximadamente 5,000 familias que utilizan el programa para instalarse en Chicago están encontrando vivienda en comunidades predominantemente negras y de bajos ingresos en el sur y oeste, vecindarios históricamente abandonados con escuelas que atienden a muchos estudiantes de inglés y que con frecuencia no tiene personal certificado para enseñar a esos estudiantes.
A través del programa estatal, las familias pueden escoger dónde vivir, y “en definitiva, el bajo costo de la renta es lo que determina la decisión”, dijo Daisy Contreras, portavoz del Departamento de Servicios Humanos de Illinois.
Las ley estatales requieren a las escuelas a poner en marcha programas bilingües —educación en inglés y en el idioma natal del niño— cuando matriculan a 20 o más estudiantes que aprenden inglés que hablan el mismo idioma natal. Las escuelas también deben enseñar a los alumnos la historia y la cultura de su país de origen.
Pero a medida que las familias se van de los refugios y encuentran un hogar en vecindarios segregados y relativamente baratos, se encuentran con escuelas segregadas que llevan años sufriendo un descenso del número de alumnos matriculados y recursos poco suficientes, y mucho menos programas bilingües con todo el personal necesario.
Este fue el caso de Nathaly García cuando recientemente se mudó de un refugio en el centro a un apartamento de tres habitaciones en South Shore con la renta cubierta por el programa estatal. Su hijo de 11 años, Santiago, estaba inscrito en la Escuela Internacional Ogden en Gold Coast, y la mudanza implicaba triplicar el tiempo de viaje a la escuela.
Pero García no quería inscribir a su hijo en la escuela que estaba cerca del nuevo apartamento porque había escuchado cosas negativas sobre la escuela y creía que laspuntuaciones de las pruebas de lectura y matemáticas no eran lo suficientemente altas, ella dijo.
Incluso después de que las familias se van de los refugios, sus hijos tienen derecho legal a permanecer en la escuela en la que se inscribieron originalmente porque las directrices del distrito clasifican a los estudiantes migrantes como personas sin hogar, lo que les da ciertas protecciones federales.
Así que García y su hijo ahora toman ahora dos autobuses de hora y media de ida y vuelta para continuar en Ogden. García dijo que nadie les dijo que podían solicitar el servicio de autobús escolar.
En el caso de Yennifer Ruiz, nadie le explicó que su hija tenía derecho legal a quedarse en Eli Whitney, la escuela a la que iba su hija cuando vivían en el refugio de La Villita, dijo. De hecho, cuando Ruiz le mostró al personal de Eli Whitney a dónde se iba a mudar, le dijeron que estaría “demasiado lejos” fuera de los límites de asistencia, comentó.
Los funcionarios del distrito dijeron queayudan a las familias a inscribirse o transferirse a otras escuelas que no están en su vecindario, pero que pueden tener mejores recursos, como programas bilingües. Asaf dijo que las familias migrantes, como todas las familias de Chicago, pueden elegir dónde enviar a sus hijos a la escuela.
"Son residentes individuales e independientes de la Ciudad", dijo Asaf, y añadió que el distrito se pone en contacto con los directores "en el momento en que escuchamos llamadas de las escuelas pidiendo ayuda".
El director de O'Keeffe ha solicitado ayuda al distrito y Gabriela ha comenzado recientemente a aprender inglés a través de un programa extracurricular, dijo Ruiz.
El portavoz del distrito escolar dijo que O'Keeffe recientemente inscribió a suficientes estudiantes que aprenden inglés para justificar un programa bilingüe y la escuela ha sido aprobada para contratar a un maestro a medio tiempo para trabajar con esos estudiantes.
No obstante, Yennifer Ruiz está ahorrando para que su familia pueda mudarse del vecindario y estar más cerca de una escuela que ayude mejor a su hija, dijo.
'Tenemos que construir un programa desde cero'
La escuela primaria Ward está en West Humboldt Park, un vecindario con viviendas asequibles y un gran índice de delitos de drogas y armas de fuego. Casi todos los alumnos de la escuela son negros y vienen de familias con bajos ingresos.
Los datos muestran que casi 140 familias se han asentado en la zona de Humboldt Park a través del programa estatal.
Después de años de disminución en las inscripciones, las cifras de Ward se estabilizaron este año escolar, ya que las familias migrantes encontraron apartamentos cerca de la escuela, dijo Watt, la maestra de primer grado de la escuela.
Watt ahora tiene nueve nuevos alumnos de Venezuela y Ecuador. Pero al igual que otros adultos en Ward, ella no habla español. La escuela primaria tiene docenas de estudiantes que aprenden inglés, pero no tiene ni maestros bilingües ni un programa bilingüe, según Watt y los datos preliminares de inscripción.
Es un predicamento "abrumador", dijo Watt. Antes de este año, Watt, que lleva 25 años ejerciendo como maestra, nunca había dado clase a alumnos que no hablan inglés.
Una auditoría del CPS a Ward de abril determinó que la escuela, que tenía alrededor de 20 estudiantes que estaban aprendiendo inglés en ese momento, no estaba proporcionando la instrucción requerida a todos los niños que estaban aprendiendo inglés y carecía de suficiente personal certificado, según documentos obtenidos por Chalkbeat y Block Club.
Ward es una de 72 escuelas de preescolar a 12º grado identificadas por CPS con vacantes de personal certificado para enseñar ESL o clases bilingües según datos del distrito hasta el pasado abril. Eso excluye la Academia Virtual del distrito. Una certificación de ESL no significa que el maestro habla otro idioma — sólo que están certificados para enseñar clases de ESL.
Esas escuelas han visto el número de estudiantes que aprenden inglés aumentar en un promedio de más del 40 por ciento en lo que va del año escolar, según un análisis de Chalkbeat y Block Club de los datos preliminares de inscripción.
A principios de este año, Ward inscribió a suficientes estudiantes que aprenden inglés para justificar un programa bilingüe y ahora está trabajando para establecer uno, según un portavoz del distrito. La escuela fue aprobada en octubre para contratar una posición de maestro de medio tiempo para trabajar con estudiantes que aprenden inglés y puede emplear a una persona de tiempo completo el año entrante ahora que la escuela ha matriculado a más de 50 estudiantes que aprenden inglés, dijo un portavoz de CPS.
En Ward, Watt y otros maestros dependen del personal que habla español que no tiene credenciales bilingües — la maestra de preescolar y dos conserjes — para ayudarles a comunicarse con los estudiantes migrantes y las familias que buscan ayuda con las aplicaciones escolares.
Desde hace algún tiempo, la maestra de preescolar tenía que ausentarse de su clase hasta cinco veces al día para traducir, dijo. El distrito proporcionó a los maestros dispositivos de traducción, pero los maestros de Ward afirman que no siempre funcionan adecuadamente y que no sustituyen el hecho de hablar el idioma.
La maestra de preescolar, que no quiso ser identificada porque no estaba autorizada a hablar con la prensa, dijo que está dividida entre sus responsabilidades como maestra y su trabajo no oficial como traductora de la escuela. Watt dijo que algunos de sus alumnos migrantes progresan académicamente, pero otros tienen dificultades para entender sus trabajos de clase y aprender inglés.
"Algunos [maestros] están en escuelas en donde ya está en marcha el programa [bilingüe]; simplemente lo están continuando. A diferencia de nosotros, que tenemos que construir un programa de cero", dijo la maestra de preescolar.
Asaf, directora de la Oficina de Educación Lingüística y Cultural del distrito, dijo que CPS ha estado creando puestos de maestros para las escuelas que están inscribiendo a muchos más estudiantes que aprenden inglés. Reconoció que la ayuda puede no llegar de inmediato, y se necesita tiempo para construir programas bilingües.
"No es siempre fácil y no es siempre inmediato y no siempre es rápido", dijo Asaf. "Este es un distrito grande, y estamos constantemente pendientes del número de [estudiantes que aprenden inglés] que tenemos".
Un historial de alumnos bilingües reprobados
Esta no es la primera vez que Chicago ha estado bajo escrutinio por la manera en que se ocupa de los estudiantes que aprenden inglés.
En 1980, un decreto federal de consentimiento obligó a CPS a elaborar un plan para eliminar la segregación en las escuelas y garantizar que los estudiantes que aprenden inglés recibieran el apoyo necesario. El decreto tuvo que ser modificado dos veces, en parte porque el distrito noproporcionaba suficientes personal y materiales para los estudiantes de inglés.
Las escuelas son responsables de examinar a sus alumnos para determinar cuáles de ellos están aprendiendo inglés como un nuevo idioma. Esos alumnos tienen derecho por ley a recibir apoyo adicional, como instrucción especializada en inglés.
Además de los requisitos estatales para los programas bilingües, las escuelas con 19 o menos estudiantes que aprenden inglés deben tener un programa conocido como Punto de Instrucción Transicional, que se les enseña a los estudiantes en inglés. No está claro cuántas escuelas de CPS están ahora obligadas a tener programas bilingües, pero aún no los tienen.
La segregación puede tener mucho que ver a la hora de decidir si las escuelas cuentan con apoyo bilingüe para los alumnos.
Los migrantes de Chicago siempre se han establecido en vecindarios con personas que comparten su origen étnico o su lengua natal, dijo Jim Lewis, especialista senior en investigación del Great Cities Institute de la Universidad de Illinois en Chicago, que ha estudiado la segregación.
Pero algunos de los latinoamericanos recién llegados a Chicago, como los venezolanos, no tienen una comunidad, dijo Lewis. Además, muchos vecindarios que son históricamente latinos se han vuelto poco accesibles para familias que no disponen de ingresos estables, lo que puede llevar a los recién llegados de hoy a vecindarios segregados que han sido ignorados durante mucho tiempo.
Para obtener un apartamento según el programa estatal, las familias tienen que encontrar un propietario que participe en el programa o se les asigna uno a través de Caridades Católicas. La única condición es que la renta debe ser asequible, dijo la portavoz de Caridades Católicas Emily Dagostino.
Caridades Católicas no está involucrada en el proceso de inscripción escolar, comentó Dagostino.
Funcionarios del distrito dijeron que CPS trabaja con el Departamento de Familia y Servicios de Apoyo de la ciudad, los refugios y los directores para ayudar a las familias a inscribirse en la escuela, y Asaf, jefe de la Oficina de Lenguaje y Educación Cultural del distrito, destacó que las familias tienen opciones.
Pero la práctica del distrito de ayudar a las familias a inscribirse en la escuela fuera de sus vecindarios no "sigue el propósito" de lo que CPS dice que pretende ofrecer: igualdad de acceso a las escuelas de calidad del vecindario, dijo Jesse Ruiz, ex director general interino de CPS y vicepresidente de la Junta de Educación de Chicago.
Ruiz lideró la auditoría de todos los programas bilingües y de ESL del del distrito en el 2015. Ese año escolar, el 71 por ciento de las escuelas auditadas estaban en grave incumplimiento de los requisitos estatales para la educación bilingüe, elChicago Reporter informó en ese entonces.
Los problemas han persistido.
Durante el año escolar 2021 — antes de que los autobuses de Texas comenzaron a llegar — la Junta de Educación del Estado de Illinois puso a CPS en lo que se llama un "plan de acción correctiva" después de que funcionarios determinaron que el distrito estabaincumplimiento con los requisitos de educación bilingüe, dijo Lindsay Record, portavoz de la junta.
En una visita de seguimiento el año pasado, el Estado constató varias mejoras. Pero el distrito seguía sin tener programas bilingües en todas las escuelas que debían tenerlos, ni suficientes maestros acreditados, según los documentos del plan de acción correctiva.
Ruiz, también ex presidente de la Junta Estatal de Educación de Illinois, dijo que entiende por qué las escuelas de bajos recursos no han tenido programas bilingües si históricamente no tenían a estudiantes que aprendían inglés.
"Pero ahora tienen estos estudiantes y eso es lo que dice la ley, que tienes que proporcionar servicios de educación bilingüe a esos estudiantes", dijo Ruiz. "El distrito va a tener que proporcionar esos recursos”.
'Ha sido un largo viaje'
María, una migrante venezolana que llegó a Chicago el verano pasado, se mudó de un refugio del centro de la ciudad en febrero a un apartamento en South Shore a través del programa estatal de ayuda para pagar la renta. Block Club y Chalkbeat utilizan un seudónimo para María por motivos de seguridad de su familia.
Tras la mudanza, la familia tuvo dificultades para inscribir en la escuela a su hija de 8 años. La primera escuela no contaba con personal bilingüe, y en la segunda los rechazaron por vivir fuera de los límites de la zona de asistencia, contó María.
Desesperada por encontrar otra opción, la familia de María buscó ayuda en el Centro de Bienvenida del Instituto Clementedonde un empleado los dirigió a la escuela primaria Chárter Erie, una escuela de enseñanza bilingüe en Humboldt Park, a 90 minutos en transporte público de su apartamento de South Shore.
El largo viaje hasta Erie no fue fácil, pero María dice que valió la pena porque su hija aprendía más inglés y "entablaba conversaciones". Su hija dejó de asistir a Erie hace poco, cuando la familia se mudó a los suburbios.
Muchos de los 49 estudiantes recién llegados de Erie vienen de toda la ciudad, dijo Carlos Pérez, director ejecutivo de la escuela.
Erie está mejor equipada que otras escuelas para los que hablan español que aprenden inglés. Como una de las 43 escuelas enseñanza bilingües de la ciudadErie les enseña a estudiantes de inglés y angloparlantes en español e inglés. Ocho de los maestros de Erie son de países latinoamericanos, dijo Pérez.
"Ha sido un largo viaje que muchos de ellos han recorrido para llegar hasta nosotros. Este era su objetivo: traer a sus hijos a una escuela en Estados Unidos ... hay un peso y una responsabilidad que viene con eso", dijo Pérez.
Incluso con esos recursos, los maestros se enfrentan a grandes retos. La mayoría de los estudiantes migrantes llegan a Erie con más de dos grados atrasados, y algunos no han asistido a una institución educativa formal hasta por dos años, dijo Pérez. En el 2022, Erie no cumplía con los requisitos del programa bilingüe y ESL, según la auditoría más reciente de CPS.
Varios directores cuestionaron si las auditorías son eficaces. Pérez dijo que uno de los maestros que ellos consideran efectivo no está certificado para enseñar a los estudiantes que aprenden inglés, una de las razones por las que la escuela no cumple con los requisitos.
"¿Nuestro objetivo es el cumplimiento de las normas, o poner frente a los estudiantes a buenas personas que puedan educarlos?" dijo Pérez. "A menudo, esas no son cosas indistintas".
Según CPS, tiene alrededor de ,.500 maestros que están certificados para enseñar clases bilingües, ESL o ambos, cifra que ha aumentado en los últimos años. Muchos de los maestros certificados para enseñar esas clases están en puestos de enseñanza regular, dijo un portavoz.
Funcionarios del distrito dijeron que han tratado de atraer a más maestros bilingües mediante la subvención del costo para obtener endosos bilingües o de ESL y ofreciendo ofertas de trabajo temprano a los maestros que están completando sus requisitos. Pero es difícil cubrir puestos de docencia a mitad de año, dijo Ben Felton, jefe de talento del distrito.
Felton dijo que "simplemente no tenemos el talento" para que cada escuela tenga grandes programas bilingües "porque históricamente no han habido tantos estudiantes bilingües en estas escuelas".
Un niño prospera, otro está 'simplemente atascado'
Aunque Yennifer Ruiz cambió a Gabriela de escuela tras mudarse a South Shore, optó por mantener a su hijo Gabriel, de 16 años, en Richards Career Academy, que cuenta con un programa bilingüe.
Después de sólo cinco meses en Chicago, Ruiz dice que ha visto cómo esos recursos bilingües han ayudado a que Gabriel prospere — está aprendiendo inglés rápidamente e incluso se ha unido al equipo de béisbol de la escuela — y cómo la falta de servicios ha hecho que Gabriela se sienta perdida en la escuela.
Gabriela desearía poder volver a Eli Whitney, donde le gustaba poder comunicarse con sus maestros y otros niños, dijo.
"Me siento muy mal porque el único objetivo de mudarme aquí era conseguir una buena calidad de vida", dijo Ruiz en español a través de un traductor. "Yo sé que mi hijo está sacando su máximo potencial, pero ella está simplemente atascada".
Las entrevistas en español fueron realizadas con la ayuda de Yoha Salmerón Chaparro, pasante en el Centro de Acompañamiento para Inmigrantes y Refugiados de la Universidad de Loyola, y Alex Hernández, periodista de Block Club Chicago.
Reema Amin es una reportera que cubre Escuelas Públicas de Chicago. Puedes contactarla en:ramin@chalkbeat.org.
Mina Bloom es una reportera de investigación de Block Club Chicago. Puedes contactarla a Mina en: mina@blockclubchi.org.
¡Dale poder a las voces de los inmigrantes!
Nuestro trabajo es posible gracias a las donaciones de personas como tú. Apoya la información de alta calidad haciendo una donación deducible de impuestos hoy mismo.