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Los pequeños negocios de Chicago organizan protestas contra las amenazas de deportación de Trump

Las pequeñas empresas se defienden con el objetivo de traer conciencia al impacto de las deportaciones reforzadas por la administración Trump.

Max Herman/Borderless Magazine
Jaime Gamez, copropietario de Big G's Pizza en Wrigleyville, cerró su restaurante el 3 de febrero en solidaridad con el "Día sin Inmigrantes".

Las pequeñas empresas se defienden con el objetivo de traer conciencia al impacto de las deportaciones reforzadas por la administración Trump.

Jaime Gamez colocó dos folletos en la puerta principal de su restaurante, Big G's Pizza, en Wrigleyville.

Una alertaba a los clientes de que el restaurante estaría cerrado el 3 de febrero por "Un Día Sin Inmigrantes".

El segundo folleto explicaba que el negocio estaba "construido con valores de inclusión y el orgullo cultural", y creía "en apoyar a las personas que refuerzan nuestra comunidad".

Gamez fue uno de varios propietarios de negocios de Chicago que cerraron sus puertas durante un día en protesta por las amplias medidas de inmigración contra las comunidades inmigrantes del presidente Donald Trump. Las tácticas de Trump y del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) han desatado el miedo y han tenido un efecto escalofriante sobre los inmigrantes en la ciudad. Algunos propietarios de negocios han notado un descenso en el tráfico peatonal y una caída de negocios.

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El movimiento "Un Día Sin Inmigrantes" pidió que la gente no fuera al trabajo, a la escuela o a gastar dinero. Se instó a los propietarios de comercios a cerrar sus negocios como señal de protesta para solidarizarse con la comunidad inmigrante.

Los dueños de negocios como Gamez cerraron sus puertas en protesta y al mismo tiempo crearon conciencia sobre cómo las acciones policiales de Trump están afectando a las comunidades, las empresas y la economía local. Dicen que esperan que las medidas recuerden al público y a los funcionarios gubernamentales las contribuciones de los inmigrantes a la economía.

Ubicado en una zona próspera y bulliciosa del lado norte de Chicago, Gamez vio la oportunidad de iniciar conversaciones entre personas que tal vez no enfrenten estos problemas en su propio vecindario.

"No es más que una pizza, pero al fin y al cabo es como un pequeño bache en la rutina habitual [de los clientes] que no esperaban", explica Gamez.

Como hijo de inmigrantes guatemaltecos, el miedo que sienten los inmigrantes en medio del refuerzo en las normas de inmigración "me llega al corazón", dijo Gamez.

Él dijo que sus padres trabajaron duro e hicieron sacrificios para poder criarlo en Highland Park y tener acceso a una buena educación. Ahora, Gamez dice que quiere devolver el favor mostrando su apoyo a la comunidad inmigrante y creando conciencia sobre los problemas de inmigración en la ciudad.

Gamez dijo que está encontrando maneras de apoyar y elevar las empresas con dueños de inmigrantes en medio del control migratorio de Trump y los ataques dirigidos a las comunidades inmigrantes.

Él ha compartido enlaces de donaciones para ayudar legalmente a los inmigrantes y ha animado a sus amigos a dejar reseñas positivas al momento de visitar restaurantes con dueños inmigrantes. También se ha propuesto visitar y apoyar a otros negocios de inmigrantes, como la Taquería El Asadero, en Lincoln Square, que se encuentra en el centro de la ciuda, que recientemente recibió llamadas racistas tras la toma de posesión de Trump. Gamez visitó el restaurante con amigos y animó a otros a hacer lo mismo, dijo.

Es el momento para brindarle apoyo a las empresas y, al mismo tiempo, crear conciencia sobre el impacto que las recientes deportaciones están teniendo en las comunidades de inmigrantes, incluyendo la caída de ventas en los pequeños negocios de los vecindarios mayormente llenos de inmigrantes, explicó Gamez.

En los vecindarios de Chicago como Pilsen y La Villita, algunos propietarios de pequeños negocios han informado sobre un descenso en el tráfico peatonal y menos clientes en sus tiendas y restaurantes tras las noticias del intenso esfuerzo de deportación en Chicago.

En DonChurro, en Pilsen, Mari Molina dijo que las ventas en su tienda bajaron casi 50% la semana anterior al 3 de febrero.

El negocio "ha bajado mucho porque la gente tiene miedo a salir", afirma Molina.

Ella dijo que a menudo vende churros al por mayor a los vendedores ambulantes, pero que sólo dos de los 14 vendedores ambulantes vinieron a comprarlos la semana siguiente de la inauguración. Molina dijo que ha estado proveyendo donaciones a estos vendedores ambulantes para mostrarles su apoyo, especialmente porque se enfrentan a opciones limitadas debido a su edad y situación legal.

"[Espero] que así como yo he contado con ellos cuando vienen a comprar, que vean que cuentan con este negocio, con esa gran hermandad que tenemos y esa solidaridad", dijo Molina.

El propietario de Wagner's Bakery, Martin Flores, también cerró su negocio en Pilsen el 3 de febrero, alegando que era necesario informar a clientes, proveedores y otros empresarios sobre el rol de los inmigrantes en la economía local.

"[El presidente] piensa que nada más dañaría nada más a la comunidad, específicamente a la mexicana, latina, pero en realidad todos somos los perjudicados", dijo Flores.

Flores sabía que le iba a costar cerrar ese día, pero el cierre era necesario. Espera que su acción informe a sus proveedores, que no son inmigrantes, del impacto de las deportaciones y del papel que desempeñan los inmigrantes en el éxito de sus negocios.

Como respuesta al cierre de ese día, Flores dijo que varios clientes entraron a la panadería agradeciéndole por su apoyo.

El 3 de febrero, al menos cinco negocios de West Lawn cerraron durante todo el día a lo largo de Pulaski Road a dos bloques de distancia. Dos taquerías, un restaurante de mariscos, un pequeño supermercado de carne y una heladería cerraron sus puertas y colocaron carteles expresando su solidaridad con la comunidad inmigrante de Chicago.

El Taconazo Jr., Wagner's Bakery, La Palma Mariscos y Dulcelandia son sólo algunos de los muchos negocios que cerraron sus puertas en Chicago el 3 de febrero por "Un Día Sin Inmigrantes". Aydalí Campa/Borderless Magazine

"Valoramos el papel que los inmigrantes juegan en nuestro país y empatizamos con las luchas y temores que los inmigrantes han estado enfrentando últimamente", decía un volante a la entrada de Paco's Tacos en West Lawn. "Esperamos que hoy se demuestre a nuestro país que trabajamos mejor juntos, unidos como nación".

Los crecientes ataques de Trump contra la inmigración y las políticas de inclusión de la diversidad y la equidad (DEI) también ha provocado un llamamiento a un boicot nacional conocido como Latino Freeze. El movimiento, que ha apoyado la líder de los derechos civiles Dolores Huerta, pide a los latinos que "mantengan la línea" y "dejen de gastar dinero" en lugares como Walmart, Target y otras empresas corporativas que han eliminado las políticas del DEI.

Teresa Cordova, socióloga y directora del Great Cities Institute de la Universidad de Illinois Chicago, afirmó que las empresas pueden ayudar a que movimientos como éste, que apoya a las comunidades de inmigrantes, cobren más impulso.

La actividad económica generada por las pequeñas empresas es importante, dijo Cordova. Al "perturbar nuestra economía", la gente envía el mensaje de que "lo que afecta a estas familias [inmigrantes] realmente nos afecta a todos", afirmó.

Para Gamez, movimientos como éste son importantes, especialmente en este clima político.

Tras el cierre de Big G's, dijo que clientes habituales y amigos le expresaron su simpatía por el miedo que sufren muchas personas de la comunidad inmigrante y le hicieron preguntas, muchos de ellos desconocedores del movimiento.

"Como mínimo, espero que haya servido para crear conciencia de cómo nos está afectando esto a nivel emocional, pero también a la economía y ver que somos una parte muy importante de las operaciones diarias [...] y estoy muy orgulloso de ello", dijo Gamez. "En Estados Unidos contribuimos mucho".

El propietario Jaime Gamez en el interior de su restaurante Big G's Pizza en Wrigleyville.Max Herman/Borderless Magazine

Aydalí Campa es miembro de 'Report for America Corps' y cubre temas de justicia medioambiental y comunidades inmigrantes para Borderless Magazine. Envíale un correo electrónico a [email protected].

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