La autora local Jacqueline Saper era joven durante la revolución iraní de 1979 y posteriormente solicitó asilo en Estados Unidos.
Las tensiones entre Estados Unidos e Irán han aumentado after USA attacking the respalded militia in Iran, cerca de la frontera entre Siria e Irak, el 25 de febrero. Los ataques se produjeron en respuesta a los recientes ataques en Irak contra de objetivos de EE.UU., probablemente lanzados por miembros de la milicia, y casi tres años después de que el ex presidente Donald Trump retirara a Estados Unidos del acuerdo nuclear con Irán.
Las tensiones son solo los enfrentamientos más recientes entre los dos países en las cuatro décadas desde que en 1979 los revolucionarios iraníes derrocaron al Shah Mohammad Reza Pahlavi, respaldado por Estados Unidos, lo que llevó al establecimiento de la República Islámica de Irán.
Ese período crucial es el tema de la galardonada autobiografía de la autora de Chicago Jacqueline Saper "De la minifalda al hiyab: Una niña en el Irán revolucionario". Saper, que nació en Teherán, tenía 18 años cuando fue testigo de los acontecimientos históricos que llevaron a la revolución y los cambios dramáticos que su país experimentó en los años siguientes. Como mujer judía hija de madre británica y padre iraní, se dio cuenta de que la vida bajo el nuevo régimen era difícil.
Finalmente en 1987 junto con su marido, solicitó asilo en Estados Unidos. Borderless Magazine habló con Saper sobre su autobiografía.
Revista Borderless: ¿Por qué escribió "De la minifalda al hiyab"?
Jacqueline Saper: En 1978, Irán tenía una población de casi 36 millones. Hoy en Irán habitan casi 83 millones de personas. Más de la mitad de los iraníes tienen menos de 40 años y no saben cómo era la vida antes o durante la revolución. Así que escribí este libro sobre mi experiencia personal viviendo en el Irán revolucionario, un período histórico que necesita ser conocido.
Revista Borderless: ¿Cómo fue la transición del Irán de antes de la revolución, al Irán de después de la revolución?
Jacqueline Saper: Mis años de formación como adolescente eran muy modernos: vestía minifaldas, iba a bailes escolares, iba a una escuela mixta, veía películas norteamericanas, iba al campamento judío y viajaba de ida y vuelta al Reino Unido. Era como vivir en Europa o América. Era una sociedad inclusiva donde los judíos, musulmanes chiítas, cristianos y bahá'ís vivían en paz.
Después de 1979, el estado y la religión se convirtieron en uno. Las minorías religiosas de Irán fueron marginadas. El sistema judicial se basó en el derecho islámico o la sharia, aunque se han conservado algunos aspectos del derecho civil. Las mujeres fueron obligadas a usar el hijab, y las escuelas se segregaron por género.
Revista Borderless: Usted vivió en Irán durante ocho años después de la revolución. ¿Puede hablarnos de cómo fue su travesía de salir de Irán y venir a Estados Unidos?
Jacqueline Saper: Fue muy difícil. Dejamos todo atrás. Cuando llegamos a Estados Unidos en 1987, éramos solicitantes de asilo basados en la persecución religiosa. Al principio fuimos a Houston. Nos quedamos allí durante 14 meses porque el hermano menor de mi marido vivía allí y tenía una floristería.
En Irán, mi marido era cirujano, pero su educación no fue aceptada en EE.UU. porque era extranjera. Tenía más de treinta años de edad y su inglés no era bueno, pero tuvo que hacer su residencia médica de nuevo para trabajar como médico. Conocía a muchos médicos iraníes que no pudieron hacer lo mismo, pero mi marido lo hizo y también comenzó su residencia en cirugía. Obtuvo una residencia en Chicago y por eso nos mudamos definitivamente.
Regresé a la universidad e inscribí a mi hijo, que en ese entonces tenía 4 años, en preescolar. Fue un momento difícil porque mi marido era solo un médico residente por lo que su salario era bajo.
Mi lema en la vida es sobrevivir, no hay otra manera. Como no buscamos refugio a través de organizaciones, no obtuvimos ningún beneficio y no recibimos ningún financiamiento del gobierno. Somos inmigrantes muy orgullosos, hemos contribuido a la sociedad estadounidense y mi esposo ha servido como médico durante más de 30 años. Me titulé como contadora pública certificada, mi hija es abogada y mi hijo, cirujano. Ni mis hijos ni yo hubiéramos tenido esta oportunidad si nos hubiéramos quedado en Irán.
Revista Borderless: ¿Cuál considera es el concepto más equivocado que la gente tiene sobre Irán?
Jacqueline Saper: Estoy muy orgullosa de ser iraní. La gente está mal guiada por el Medio Oriente. También tienen miedo. Sí, es una región que siempre está llena de conflictos. Pero es rica en cultura.
Siempre hablo de Irán para educar a la gente. Irán no es ver a todo el mundo gritando y los ayatolás gritando a coro "¡Muerte a América!". La mayoría de los iraníes son jóvenes y tienen acceso a las redes sociales, y están expuestos al cine y a la cultura estadounidense. Hay belleza, naturaleza, rica historia, poesía, exquisita cocina, arte. No son gente bárbara.
Antes de que el hijab se impusiera como ley, las mujeres tenían la opción de usarlo y se basaba en la elección. Después de la revolución, los hijabs se impusieron sin importar la etnia o religión con la que te identificabas. Solo nos permitían llevar hijabs negros, grises o cafés. Incluso un mechón de pelo podía ser motivo para que te arrestaran.
Sin embargo, cuarenta años después la estricta República Islámica que los fundadores esperaban, no es lo que vemos en el Irán de hoy. Irán ha evolucionado y las mujeres modernas de Irán son en realidad las más grandes opositoras a las restricciones estrictas.
Revista Borderless: ¿Ha podido volver?
Jacqueline Saper: Lamentablemente no he vuelto a Irán desde que me fui. Mi país es Estados Unidos, pero no he olvidado a mi país natal.
Este artículo/entrevista ha sido editado para mayor extensión y claridad.
Este artículo translated by Gisela Orozco en español gracias al proyecto "Traduciendo las noticias de Chicago", del Instituto de Noticias Sin Fines de Lucro (INN).