Un inmigrante mexicano residente del barrio de Albany Park en Chicago, reflexiona sobre las presiones para mantener a su familia durante la pandemia.
Cristian Coss es un instalador de cables que emigró a los Estados Unidos desde México cuando tenía 4 años. Ahora a sus 24, Coss reflexiona acerca del impacto financiero y en la salud mental ocasionado por el COVID-19 que sufren las familias de inmigrantes.
Cuando eres niño, todo es fácil. Vas a la escuela y te dan muchas cosas, como educación gratuita y atención médica.
Pero ves a tus padres luchar porque no pueden encontrar un buen trabajo que no requiera un número de Seguro Social. O si consiguen un número falso, están limitados en cuanto a qué trabajos pueden conseguir. En casa, solo mi papá trabajaba. Con su trabajo como carnicero en el supermercado local proveía para el hogar. Pero lo vi luchar.
Cuando uno empieza a buscar trabajo, las oportunidades son limitadas. Tienes que aceptar hacer cosas que alguien que nació en los Estados Unidos no haría, aún cuando sabes que puedes hacer las mismas cosas que todos los demás. Te hace sentir como si la gente te despreciara. De inmediato los otros piensan, "Probablemente es un inmigrante", sin importar qué edad tengas. Uno se siente menos que cualquier otra persona, porque fácilmente puedes ser blanco de ese tipo de comentarios.
Siendo inmigrante y estando en medio de una pandemia, tus oportunidades son limitadas. Algunas personas reciben atención médica gratuita, pero para las familias inmigrantes que no tienen ingresos sostenibles, buscar esas opciones es mucho más difícil.
Tuve la suerte de tener un trabajo estable, por lo que había ahorrado en caso de que me enfermara. En mi trabajo no nos pagan los días por enfermedad.
Al principio no me lo estaba tomando muy en serio. Finalmente me tocó. Pensé que iba a ser el fin del mundo. Mi familia no tiene seguro médico. Pensé: "¿Y si les da el COVID? ¿Dónde van a buscar ayuda? ¿Qué pasará con todas las cuentas médicas y los gastos?". Uno empieza a hacerse escenarios en su cabeza para estar preparado en esos casos. Y eso te baja la moral y te deprime un poco.
Los inmigrantes no son priorizados de la misma manera que alguien que cuenta con su médico y su seguro de salud. Tienes que ir a hospitales públicos como el del Condado de Cook. Conozco a mucha gente que fue allí porque ofrecen más ayuda para las comunidades de inmigrantes.
Tampoco están recibiendo cheques de estímulo ni ningún tipo de ayuda financiera.
Conozco a otras personas que tienen trabajo a tiempo completo, que recibieron los cheques de estímulo y que se gastaron todo su dinero.
Conozco a un tipo que trabajaba 10 horas a la semana y era el único con ingresos en su familia. Me puse en su lugar. ¿Cómo es que vas a mantener a tu familia? Tienes que pensar en los otros primero que en ti. Tienes que ser más cuidadoso y no puedes ser egoísta. Porque si entiendes eso, no quieres que tu familia padezca la enfermedad.
Cuando me dio el COVID, sentí que mi mundo se derrumbaba. Pensé que me iba a morir. Sientes que el mundo se está encogiendo sobre mí.
Pensé lo peor. Es como un peso, si te mueres. Dejar a tu familia con esa carga emocional, financiera, con todo.
La gente ve cómo la pandemia los afectó financieramente, como lo hice yo al principio, pero luego piensas en el lado emocional. ¿Cómo me sentí cuando me dio el COVID? Me sentí indefenso.
En el pasado, las familias mexicanas no se hacían cargo de la depresión o la ansiedad, no era parte de su cultura. No se hablaba de eso. Hoy en día, se diagnostica más.
Aun así, las familias latinx no ven las enfermedades mentales como un problema. Te dicen: "Deja de pensar en eso". Pero no puedes dejar de pensar en algo que está ahí.
Cuando eres la cabeza de la familia , digamos en este caso, que si a mi papá le hubiera dado COVID, lo mirarían y le dirían: "A ti no te puede dar el COVID, porque eres el hombre [de la casa]".
No puedes permitirte que nada te deprima. Cuando estaba enfermo, mi madre me preguntó: "¿Cómo pudiste dejar que esto [el COVID] te diera?". Emocionalmente, te estás derrumbando. No sabes qué va a pasar después.
Este artículo fue realizado en colaboración con la clase de medios comunitarios de la Universidad de Northeastern. Agradecemos al profesor Edie Rubinowitz del Departamento de Comunicación, Medios y Teatro, por su ayuda con este proyecto.
Este artículo, publicado originalmente en inglés por Borderless Magazine, está traducido por Gisela Orozco gracias al proyecto "Traduciendo las noticias de Chicago", del Instituto de Noticias Sin Fines de Lucro (INN).