Mustafa Hussain para Borderless MagazineLa marioneta, de 3.5 metros de altura, cuenta la historia de una refugiada siria de 10 años separada de su familia.
El sábado, más de 400 personas se reunieron en Margate Park, en el vecindario Uptown Chicago, para celebrar la llegada de la pequeña Amal. En el campo del parque, cerca del lago Michigan, miembros de las comunidades de inmigrantes de Chicago y sus aliados formaron un camino para que Amal lo recorriera mientras tocaba la Orquesta Cívica de Chicago. Los niños sostenían carteles de bienvenida y mariposas de juguete en palos, saltando de emoción y aplaudiendo bajo el sol.
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"Es muy importante que nuestros alumnos más pequeños y los miembros más jóvenes de la comunidad tengan un sentimiento de pertenencia, de espacio y de estabilidad", declaró Asma Akhras, voluntaria comunitaria, defensora y educadora que asistió al acto.
Amal, que significa esperanza en árabe, es una marioneta de 3.5 metros de altura que cuenta la historia de una niña refugiada siria de 10 años. Según los organizadores, las representaciones de la pequeña Amal muestran las dificultades que afrontan los migrantes y la fortaleza que demuestran los refugiados ante las dificultades. Se necesitan cuatro titiriteros para dar vida a la pequeña Amal, y un equipo de nueve titiriteros acompaña a Amal en su viaje, rotando en equipos de tres mientras camina. La marioneta ha recorrido más de 10,000 kilómetros por 15 países distintos.
Amal Walks Across America es uno de los mayores eventos artísticos públicos y gratuitos del mundo. Este año recorre 35 ciudades y pueblos de Estados Unidos.
El acto fue organizado por el Chicago Children's Theatre en colaboración con CircEsteem y la Red Comunitaria Siria.
Desde que llegó a Chicago el 28 de septiembre, Amal ha sido vista en muchos lugares emblemáticos: paseando por Navy Pier, cruzando el paseo fluvial de Chicago y visitando la escuela primaria Jordan Community de Rogers Park y el Museo Nacional de Arte Mexicano.
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Uptown lleva mucho tiempo acogiendo a refugiados e inmigrantes; más del 24% de los residentes nacieron fuera de Estados Unidos, según los últimos datos de la Encuesta sobre la Comunidad Estadounidense. En cuanto la pequeña Amal se abrió paso por el campo del parque, la gente aplaudió. A algunos se les salieron las lágrimas al recordar sus propias travesías a Estados Unidos.
Durante la representación del sábado, Amal aprendió a hacer "sopa de piedra" con la ayuda de los niños de la localidad. La representación se basó en el cuento popular europeo en el que unos forasteros convencen a los habitantes de un pueblo para que compartan una pequeña porción de su comida y así hacer una comida comunitaria que alimente a todos.
"Cuando llegué a Estados Unidos en 1982, tenía diez años, como la pequeña Amal", cuenta Suzanne Akhras, cofundadora y directora ejecutiva de la Red Comunitaria Siria. "Una de las primeras historias que me leyó mi abuela fue la de 'Sopa de Piedra'. Así que esto para mí es como, Dios mío, un recuerdo del pasado. Sorprendentemente, nuestros hijos participarán en él".
Tras jugar un partido de fútbol organizado por la Red Comunitaria Siria, los miembros de la comunidad comieron juntos como en el cuento. Soup and Bread, un proyecto de comidas comunitarias de Chicago, ofreció gratuitamente sopa de lentejas y pan de pita del restaurante sirio local Falafel Kebab Station. Los asistentes también donaron alimentos para refugiados a la despensa de alimentos Nourishing Hope.
Samira Alhamwi, de Homs, Siria, estaba ahí con su esposo y sus dos hijas. Alhamwi es educadora y directora de educación de adultos en la Red Comunitaria Siria.
"Amal representa a muchos refugiados sirios y de todo el mundo. Es una idea muy buena. Que alguien nos escuche y sepa lo que ha pasado en Siria. No es sólo en Siria. Es un mensaje para todos sobre los refugiados de todo el mundo", afirmó Alhamwi. "Los refugiados tienen sueños y están aquí para estar a salvo y recibir educación. Buscan seguridad y un hogar para continuar su vida".
Entre la multitud había también tres voluntarios de Witness at the Border que caminaban con marionetas y carteles en los que se leía "Bienvenida Amal" y "No Fronteras". Lee Goodman, uno de los voluntarios, le explicó a Borderless que las marionetas se fabricaron hace 20 años y se utilizaron en varias protestas, incluida una en el 2003 contra la invasión estadounidense a Irak.
"Oímos tantos mensajes negativos. Oímos a tanta gente quejarse: 'No los dejen entrar a mi vecindario' y 'Envíenlos de vuelta al lugar de donde vinieron'. Todo lo negativo. Pero es reafirmante ver que hay muchísima gente, gente acogedora".
Tras el partido de fútbol infantil, la pequeña Amal se paseó por el campo. Cientos de niños abrazaron a la marioneta, despidiéndose antes de que Amal abandonara el vecindario para su última actuación en Chicago, en el parque Maggie Daley.
*Borderless Magazine se reserva su apellido por motivos de seguridad.
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