En Brighton Park, alumnos de secundaria han plantado más de 140 árboles en los últimos cuatro años. Ahora, están preparando a otros estudiantes para que repliquen la iniciativa en Back of the Yards.
En su última semana de clases, estudiantes de la preparatoria Richards Career Academy tomaron palas y cavaron hoyos para plantar ocho árboles alrededor de su escuela en el vecindario de Back of the Yards.
Para la mayoría de los estudiantes, fue la primera vez que plantaban un árbol, pero esperaban que no fuera la última. Al principio estaban inseguros mientras expertos en árboles los guiaban en el proceso. Sin embargo, con cada árbol que plantaban, se sentían más cómodos al clavar las palas en la tierra y levantar el suelo.
Entre los miembros del consejo estudiantil que plantaban árboles en Richards estaba Alexa Jiménez, estudiante de segundo año.
“Pensé que era una buena manera de salir un rato”, dijo Jiménez. “La verdad, casi no salgo por mi cuenta”.
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Al igual que en otros barrios en el suroeste de Chicago, en el vecindario de Jiménez hay muy menos árboles y se registran algunas de las temperaturas más altas y el aire más contaminado de la ciudad.
Durante los últimos cuatro años, estudiantes de la preparatoria Thomas Kelly College Prep, en Brighton Park, han trabajado para cambiar esa situación, buscando a residentes interesados en recibir un árbol gratuito en su propiedad o en plantarlo por su cuenta. Este año ampliaron sus esfuerzos a Back of the Yards, donde enseñaron a estudiantes de la Richards cómo replicar la iniciativa en su propio vecindario.

Antes del evento de plantación, estudiantes de Back of the Yards aprendieron sobre los problemas ambientales en su comunidad y cómo hacer encuestas vecinales en varios idiomas. Luego, los alumnos de Richards tocaron puertas para encontrar residentes interesados en recibir un árbol gratuito en su propiedad.
La iniciativa comenzó en 2021 con estudiantes de las preparatorias Kelly y Curie Metropolitan, en Brighton Park, quienes fundaron clubes de reforestación llamados Truffula Club. El grupo, que recibe apoyo y recursos de Openlands y del Consejo Vecinal de Brighton Park (BPNC, por sus siglas en inglés), lleva el nombre de los árboles ficticios del libro "El Lórax" por Dr. Seuss.
En los últimos cuatro años, estudiantes han plantado más de 140 árboles en todo Brighton Park. También han recaudado fondos para distribuir vales de transporte público gratuitos entre estudiantes, han organizado talleres de siembra, investigado la contaminación en su vecindario y recolectado muestras de suelo para pruebas de plomo en la Universidad DePaul.
También capacitaron a estudiantes de la escuela primaria Burroughs, en su comunidad, sobre cómo pueden unirse al esfuerzo. Los alumnos de Burroughs plantaron sus propios árboles por primera vez, la misma semana que los estudiantes de Richards.
Openlands, una organización sin fines de lucro dedicada a la conservación, proporciona los árboles y el apoyo logístico. También financia estipendios para el trabajo de los estudiantes, que consiste en hacer encuestas a residentes y dueños de negocios para ofrecerles árboles gratuitos para plantar en sus propiedades.
Tom Ebeling, gerente senior del programa forestal de Openlands, dijo que el objetivo es ayudar a combatir, desde la comunidad, los altos niveles de contaminación del aire que enfrenta el suroeste de Chicago.
Los árboles absorben dióxido de carbono, ayudan a limpiar el aire y reducen el riesgo de enfermedades respiratorias en la zona.
Sin embargo, hacer que Brighton Park sea más verde poco a poco no ha sido el único objetivo. El verdadero logro, dijo Ebeling, ha sido la manera en que los estudiantes se han involucrado con sus vecinos, generando confianza y educándolos sobre temas ambientales y forestales a través del club.
El trabajo de Truffula representa el mayor compromiso comunitario dentro de los esfuerzos forestales de Openlands, dijo Ebeling.
“La calidad y los resultados del proyecto, en cuanto a lograr que la gente valore y se preocupe activamente por el bosque urbano, realmente rinden frutos”, dijo Ebeling. “Plantar 10 árboles con un grupo de estudiantes de preparatoria en su propio vecindario, para mí, es mucho más significativo que plantar 50 árboles en un parque con personas que no sienten realmente que el proyecto es suyo.”

Ebeling ha notado que los residentes son más receptivos cuando los estudiantes de su propio vecindario tocan sus puertas y les ofrecen un árbol gratuito para plantar en su propiedad. Comentó que los estudiantes han logrado un gran avance para ganar la confianza de los residentes porque hablan el mismo idioma, son jóvenes y son parte de la misma comunidad.
BPNC está de acuerdo en que los estudiantes son esenciales para esta iniciativa.
“Muchos residentes no están enterados de esta información”, dijo Leslie Reyes, coordinadora de escuelas comunitarias del BPNC. “Creo que es sumamente importante que los estudiantes participen y que les proporcionemos toda la información y las herramientas necesarias para que sean ellos quienes hablen sobre esto, porque es un problema muy grande en la comunidad.”

Ericka Delgado — exalumna y cofundadora que regresó a Kelly para apoyar al club como supervisora — dijo que unirse al club fue una oportunidad para aprender a ayudar en el jardín de su mamá.
“Este club significa mucho para mí,” dijo Delgado. “Me encanta que los estudiantes puedan vivir esta experiencia, aprender más, interesarse por el medio ambiente y convertirse en futuros líderes.”
Para muchos estudiantes, el club ha contribuido a generar cambios visibles en sus vecindarios, mientras siembra las bases del compromiso cívico y el liderazgo.
Rachel Mei era estudiante de primer año cuando escuchó por primera vez sobre el club. Al principio, la idea de tocar las puertas de desconocidos le daba nervios, pero poco a poco se fue sintiendo más cómoda con la idea.
Desde que se unió al club, ha salido de su zona de confort, hablando con miembros de la comunidad, memorizando guiones en inglés y español, y liderando actividades para recaudar fondos y eventos de participación comunitaria más allá de la plantación de árboles.
“Definitivamente siento que he crecido mucho como líder,” dijo Mei. “El miedo fue desapareciendo poco a poco.”

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