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Refugiados en un refugio en Chicago, inmigrantes sueñan con un futuro mejor

Contado a 30 de agosto de 202321 de noviembre de 2023AsTold To, Visuales

En el interior de una refugio provisional del barrio Little Village de Chicago, seis familias de inmigrantes comparten sus recuerdos del hogar, sus esperanzas para el futuro y cómo es vivir hacinados con 200 personas.

William Estrada para Borderless Magazine
Carolayns González con sus tres hijas y su sobrino en el parque Piotrowski de Chicago, Illinois, el 9 de julio del 2023.
Contado a 30 de agosto de 202321 de noviembre de 2023AsTold To, Visuales

En el interior de una refugio provisional del barrio Little Village de Chicago, seis familias de inmigrantes comparten sus recuerdos del hogar, sus esperanzas para el futuro y cómo es vivir hacinados con 200 personas.

Vannesa Carolina Godoy, su esposo y sus tres hijos se recuestan en el suelo de una cancha de baloncesto donde pasarán la noche, rodeados de sus pocas pertenencias en un espacio de 2.5 metros por 2.5 metros. Esta noche marca para Godoy el final de una larga travesía por siete países que comenzó en Zulia, Venezuela.

Comparten esta cancha con unos 200 inmigrantes más, 93 de los cuales son niños, procedentes de lugares como Venezuela, Colombia y Perú. Tal es el caso de las numerosas familias que actualmente viven en el parque Piotrowski, en el vecindario Little Village de Chicago. 

Muchos de ellos llegaron sin nada, ya que perdieron objetos personales como documentos legales, joyas, ropa y fotografías familiares durante su viaje de meses a Chicago, Illinois. Los que tienen la suerte de encontrar trabajo pueden permitirse reponer lo que perdieron, pero la mayoría ha dependido en gran medida de las donaciones de la comunidad de Little Village. 

"Los primeros días fueron fuertes durmiendo en el piso con los niños, pero bueno, en el turno nos facilitaron unos colchones inflables, que nos regaló la gente de la calle que venía, y nos donaron ropa", cuenta Godoy.

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Como parte del esfuerzo continuado de la comunidad por comprometerse con quienes viven en Piotrowski Park, Borderless Magazine se asoció con el artista William Estrada y las organizadoras comunitarias Laura García Ramírez y Elvia Rodríguez para organizar un evento emergente que incluyó diversas actividades artísticas y artesanales, música, comida y retratos de familia. Más de 50 retratos de familia fueron creados e impresos por Estrada el 9 de julio de 2023.

A pesar de las condiciones en que viven, las familias hacen lo que pueden para sentirse como en casa en el parque Piotrowski. 

"Los que viven acá ya son como familia para nosotros, nos entendemos, nos comunicamos", dijo Verónica Morillo, de 24 años, que lleva dos meses viviendo ahí. "Siento que cuando nos vayamos de aquí los vamos a extrañar a ellos también".

Borderless Magazine se reunió con seis inmigrantes venezolanos alojados en el parque Piotrowski para preguntarles lo que significa para ellos su hogar.

Vanessa Carolina Godoy y su esposo con sus tres hijos en el parque Piotrowski de Chicago, Illinois, el 9 de julio del 2023. William Estrada para Borderless Magazine

Vanessa Carolina Godoy, 37 años, originaria de Venezuela

Godoy dejó Venezuela debido a la crisis económica. “Tuve que partir de allá sin querer. Pero bueno, tuve que partir debido a la situación que había”. Tras un largo viaje por siete países, llegó a Chicago con su esposo y sus tres hijos en mayo del 2023.

En Venezuela, cuando estábamos en casa limpiando o si salíamos de fiesta, escuchábamos salsa o merengue. Pero mi artista favorito es Daddy Yankee.

Aquí llegamos durmiendo en el piso, pero no sé si eso se puede hablar, porque más mal que bien nos prestaron un techo. Dormimos todos juntos. Yo duermo en el área de arriba. Somos 12 familias ahí. Compartimos el baño de abajo todos. Las 200 personas que habemos ahí. 

En el futuro, me gustaría tener una casa grande, con piscina, si es posible. Me gustaría que toda la decoración fuera blanca. Quiero que mis hijos tengan cada uno su propia habitación, o los chicos en una habitación y las chicas en otra. Quiero que mis hijos tengan televisión y bicicletas, todo lo que no tenían en Venezuela. 

Sus estudios son lo más importante, lo primordial, el estudio para todo. Que aprendan inglés. La decoración me gustaría toda blanca. 

Carolayns González con sus tres hijas y su sobrino en el parque Piotrowski de Chicago, Illinois, el 9 de julio del 2023. William Estrada para Borderless Magazine

Carolayns González, 29 años, y Crystal González, 9 años, originarias de Venezuela

Carolayns nació y creció en Venezuela, pero pasó los últimos cuatro años viviendo en Perú. Dejó Perú en busca de seguridad y libertad para sus tres hijas. En Perú no se sentía cómoda dejando que sus hijas jugaran afuera. "No sabían lo que era un parque o un cine", dice González. "No puedes confiar en nadie cuando viajas como madre soltera con tres hijas", dice. Carolayns y su familia abandonaron Perú después de oír hablar de la violencia selectiva contra las jóvenes cerca de su casa. Tres meses después, llegaron a Chicago en mayo del 2023. Su hermana llegó con su hijo poco después. 

Carolayns: Extraño mucho mi hogar. Era muy humilde porque yo soy madre soltera y es muy duro porque tengo tres niñas. Era muy humilde, pero cómodo. Extraño mucho Venezuela. Me hace mucha falta. Tengo cuatro años que no veo a mi papá ahí. Han sido los cuatro años más largos, más duros. Esta travesía ha sido demasiada dura.

Lo que tengo aquí en este refugio, le doy muchísimo valor a lo que tengo.

Aquí yo tengo mi colchoncito y otra camilla y en el alrededor ponemos los bolsos. Es un espacio muy pequeño, no tenemos privacidad. No te puedes dormir cómodo. No es algo agradable.

Crystal:  En Perú era el encierro. No podíamos salir porque cuando tú ibas a la esquina ya mataban a una niña. A mamá le daba miedo y no salíamos.

Ahorita lo que más me trae alegría es mi bicicleta y mis amigas. A veces hacemos TikToks porque estamos aburridas.

Carolayns: En el futuro yo no pido una mansión, yo no pido eso. Solamente que mi familia esté ahí, nada más. Que sea algo familiar, que esté completa mi familia, mi mamá, mi papá. Solamente pido eso. Yo no estoy acostumbrada a los lujos ni nada de eso de tener un televisor grande ni una nevera grande.

Solamente quiero que mis hijos salgan adelante.

Yo no quiero nada de riquezas. Yo quiero un hogar en el que yo esté segura. Algo que compartir con mi familia, algo chiquito, una nevera chiquita, cocina chiquita. No como un apartamento súper grande, una casita. Eso es lo que pido yo, todo lo que quiero es estar con mi familia, toda mi familia.

Marlyn Aguirre y su hija en el parque Piotrowski de Chicago, Illinois, el 9 de julio del 2023. William Estrada para Borderless Magazine

Marlyn Aguirre, 25 años, originaria de Venezuela

Antes de venir a Chicago, Aguirre vivió en Ecuador por cuatro años con su esposo y su hija. Se fueron juntos a Estados Unidos, pero su esposo fue deportado antes de que llegaran a la frontera entre Estados Unidos y México. Aguirre y su hija viven en el parque desde principios de mayo del 2023.

Ahora mismo se hace lo que se puede. No nos falta de nada, pero no estamos muy cómodos. 

Lo que más alegría me da es que tengo a mi hija conmigo.

En el futuro me gustaría vivir con mi familia. Mis tres hijos, mi esposo que en el futuro vendrá y mi mamá. Trabajando, limpiando la casa, escuchando a Ricardo Arjona. Mi mamá también ama a Ricardo Arjona.

De decoración me gustan los girasoles. Amo los girasoles. Yo si pudiera tener una casa pintada de amarillo con todo amarillo y todo que tenga que ver con girasoles, lo haría. Siento que transmite algo bonito. No sé, como tener paz. Me encanta. Me encanta. 

Verónica Morillo lleva a su hijo Rafael a la espalda en el parque Piotrowski de Chicago, Illinois, el 9 de julio del 2023. William Estrada para Borderless Magazine

Verónica Morillo, 25 años, originaria de Venezuela

Morillo y su hijo Rafael, de 4 años, son de Santa Rosa, Venezuela. Salieron de Venezuela para reunirse con su pareja, que llegó a Chicago hace meses en busca de trabajo. Espera poder traer a toda su familia a Estados Unidos. 

En Santa Rosa somos una familia grande, como 100 personas. Hacíamos parrilla, hacíamos hamburguesas para compartir en familia. Pero mi comida favorita es el pescado frito con patacones, ensalada y raya.

Durante todo este viaje he cargado esta cadena que tengo acá. Siempre la tengo desde hace cinco años. Nunca la he dejado. Es de Jesucristo. Me la regaló mi mamá y por eso no me la quito. Siento que es como una bendición que siempre cargo conmigo.

Ahorita en el refugio nos sentimos bien, el trato al principio fue un poquito fuerte porque no estamos acostumbrados a las leyes, a respetar, como dicen ellos, normas. Fue un poquito fuerte al principio, pero ya los que viven acá ya son como familia para nosotros, nos entendemos, nos comunicamos.

En el futuro espero tener un hogar parecido al de Venezuela y poder compartir con mi familia también. Ya me imagino en mi casa, con muebles elegantes, una cocina muy bonita, escuchando reguetón, por supuesto, y vivir con mi hijo, mi pareja y con mi mamá. Más tener a mis hermanos y sobrinos acá. 

Yolanda Méndez, a la derecha, con su esposo y sus dos hijos en el parque Piotrowski de Chicago, Illinois, el 9 de julio del 2023. William Estrada para Borderless Magazine.

Yolanda Méndez, 32 años, originaria de Venezuela

Méndez pasó un año en Chile con su familia antes de venir a Estados Unidos. Hizo el viaje con su hijo, su hija y su esposo desde Anzoátegui, Venezuela. Méndez y su esposo han encontrado trabajo en una lavandería. Su trayecto es de unos 30 minutos en bicicleta y trabajan de 8 de la noche a 4 de la madrugada. 

En Venezuela, mi hogar es una casita normal, bonita. Una casita bien espaciosa con su patio, su frente. Bien linda.

Ahorita es duro, es difícil porque somos un montón de gente, estamos un poco aglomerados. 

Por lo menos a diario, normalmente sacamos a los niños al parque, así los domingos vamos a la iglesia y ellos se distraen también. Pero bueno, esperemos pronto que con el favor de Dios salga de esto. 

El futuro es la esperanza que tenemos ahorita. No pido tanto. Así una casita normal. Nosotros somos felices en cualquier parte. Espero que sea igual que mi casa que tenía allá. Que vivamos en paz. Aparte de otras cosas, conseguir un buen trabajo, que los niños estén bien y en una buena escuela. Esperamos por lo menos aprender el idioma.

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