El grupo femenil de mariachis de Chicago abraza sus raíces y desafía la tradición

Tras una estridente actuación en la Fiesta del Sol, celebrada anualmente en el barrio de Pilsen de Chicago, las Mariachis Sirenas son recibidas por un grupo de emocionados asistentes al festival tras bastidores. 

El grupo femenil de mariachis acababa de terminar un concierto de una hora con clásicos del mariachi como "Las Ciudades"," "Cielito Lindo Huasteco" y "La Sirenita Baila (Cumbia Popurri)" en una soleada tarde de julio. Los asistentes se contonearon con las voces cadenciosas y los ritmos acelerados de los violines, las trompetas y las guitarras, el sonido característico del grupo desde que se formó en el 2017.

Incluso con una quinceañera agendada después de su actuación en el festival, algunas de ellas hicieron tiempo para hablar con los ansiosos fans que elogiaron su actuación y su femenina interpretación de las canciones tradicionales de mariachi.

El Mariachi Sirenas se ha convertido en una fuente de comunidad, familia y cultura para las propias Sirenas y sus seguidores, que sienten orgullo al verlas actuar. 

"Dios mío, estuvieron increíbles", exclamó entusiasmada la asistente Maria Waré. "Sólo quería subir ahí y hacer un poco de fondo con ellas".

La popularidad de la banda de Chicago ha aumentado en los últimos años. Y la actuación en la Fiesta del Sol, un festival organizado por Pilsen Neighbors Community Council que celebra la cultura latina, no hizo sino avivar el interés. Ibet Herrera, cofundadora del grupo, dijo que la actuación provocó varias llamadas de personas interesadas en contratar a la banda para eventos privados. 

Es una buena noticia para el grupo, sobre todo teniendo en cuenta que muchos de sus miembros trabajan de tiempo completo en estos conciertos. 

Durante los últimos seis años, este grupo de mariachis formado exclusivamente por mujeres ha trabajado incansablemente para desafiar los estereotipos y honrar sus raíces mexicanas. El grupo ha dedicado horas de ensayo para perfeccionar sus actuaciones en público. Han conseguido un gran número de seguidores y están dejando huella en la comunidad mariachi de Chicago.

Herrera cree que han trabajado duro no sólo para ser conocidas como "el grupo femenil de mariachis de Chicago", sino como un grupo de mariachis con talento por derecho propio. 

"Todo ha sido muy positivo", afirma Herrera. "Todo el mundo nos ha apoyado mucho y ha sido muy cariñoso, y realmente nos han tomado bajo su protección".

La semilla del único grupo de mariachis de Chicago que desafía géneros

Herrera fundó Mariachi Sirenas con su compañera Eréndira Izguerra, a quien conoció en una actuación en el 2017. Las dos llevaban tiempo buscando un grupo de mariachis formado exclusivamente por mujeres en la zona de Chicago. Cuando no pudieron encontrar ninguno, se unieron para crear su propio grupo ese mismo año.

Inspiradas por sus tonos dulces y armonías melódicas parecidas a las sirenas, las mujeres bautizaron el grupo como "Mariachi Sirenas". Querían aportar una "visión femenina al mariachi, [algo] que es un género muy masculino", dijo Herrera. Izguerra se mudó a México en el 2020 y desde entonces Herrera dirige el Mariachi Sirenas sola. 

Herrera ahora abraza la música de mariachi, pero no siempre fue así. 

"Sentía amor y odio por mi cultura", dice Herrera. "Siendo de primera generación, de padres inmigrantes, quieres ser como los demás y no tener que hacer las cosas de los adultos. Así que, siendo mexicana, sabía que lo era, pero me avergonzaba de ello. Me daba vergüenza, y el mariachi es muy mexicano. Así que no me gustaba".

Herrera aún recuerda un Día del Padre en el que su madre contrató a un mariachi para su padre. Para disgusto de Herrera, su madre, amante del género, contrataría más tarde a uno de los intérpretes del grupo para que le diera clases de mariachi a Herrera. 

Aún recuerda con cariño aquel primer verano en el que su madre la llevaba en coche compartido y recibía clases de mariachi con su hermano y sus primos. 

"Yo ya tocaba el violín en la orquesta de la escuela", cuenta Herrera. "Así que ella me dice: 'Quieres hacerlo', y yo: 'No', y ella: 'Bueno, vamos a hacerlo de todos modos', y consiguió que mis primos también lo hicieran. Entonces, todos los días de ese verano, estuvimos tomando clases de mariachi, y a través del mariachi, aprendí a amar mi cultura de nuevo."

Una hermandad de músicos con mucho talento honra sus raíces  

Hasta el día de hoy, el mariachi de Herrera sigue siendo un asunto familiar. Su hermana adolescente, Itzel, de 16 años, y dos primas, Jeanette Nevarez, de 32, y Laura Velázquez, 29son miembros del Mariachi Sirenas.

Herrera también considera a sus compañeras de banda como hermanas honorarias, un vínculo que ha crecido con el tiempo y la proximidad. Y como hermanas, Herrera dice que las Sirenas conocen los estados de ánimo de las demás. Cuando un miembro tiene hambre, cuando está "fuera de juego" o necesita apoyo extra, están ahí para apoyarse mutuamente. Recientemente, una de ellas perdió a su madre a causa de un cáncer cerebral, una experiencia que unió aún más al grupo. 

"Fue conmovedor ver que el grupo estaba ahí como amigas y no sólo como compañeras de trabajo", dijo.

Viendo atrás a los últimos seis años, Herrera atribuye el éxito del Mariachi Sirenas, en parte, a su madre por traer la música de mariachi a su vida. 

"Yo [atribuyo] todo el trabajo que he estado haciendo, y todo lo que ha venido en el futuro o en lo que vamos — es, sin duda, gracias a mi mamá", dijo Herrera.

A pesar de su creciente éxito, no ha sido fácil. 

Al principio, el Mariachi Sirenas fue objeto de críticas. Algunos detractores creían que el grupo sólo triunfaba porque eran mujeres jóvenes que llevaban falda. Pero Herrera se ha tomado esas críticas con calma, atribuyendo su éxito a su duro trabajo y al compromiso de honrar sus raíces.

"Respetamos nuestra cultura, queremos representarla lo mejor posible", afirma Herrera. "Pero entendiendo que también venimos de Estados Unidos".

El grupo es una fusión de sus raíces mexicanas y estadounidenses, dijo Herrera.

"Mariachi Sirenas es un grupo de mujeres mexicoamericanas fuertes, independientes y obstinadas que sólo queremos pasarnola bien mientras actuamos, y esperamos que la gente también perciba esa sensación cuando lo hacemos", afirma.

A pesar de su enfoque a veces no tradicional del mariachi, Herrera se alegra de que su música resuene con tanta gente. Para ella, actuar con el Mariachi Sirenas es una "bendición" que no da por sentada.