Tras salir de México con su familia, Erika Ayala y su marido pasaron una década trabajando para comprar una casa. El Proyecto Resurrección les ayudó a sortear los retos a los que se enfrentan los inmigrantes indocumentados para convertirse en propietarios.
The Mural Movement comenzó como un proyecto de embellecimiento, pero ha crecido hasta proporcionar consuelo y apoyo a los miembros de la comunidad, ya sean generacionales o recién llegados.